Llevo todo lo que llevamos de milenio haciendo teatro, desde los primeros montajes donde aprendí lo básico (saber estar en el escenario) hasta estos últimos que me siento más maduro teatral y personalmente hablando.
A lo largo de mi andadura me he encontrado con mucha gente aficionada a este arte, he dirigido a gente con mi "sabiduria" y "saber hacer" y me he ganado muchos enemigos o al menos muchas apatías.
¿Por que a de haber envidias, traiciones y malos actos en una afición?
Ahora no me encuentro bien dirigiendo, no me encuentro bien escuchando lo que dicen unos y otros, de los demás.
A mí nunca me ha gustado alardear, ni de premios, ni de "sabiduría", ni de nada, solo quería enseñar lo poco que se, las nociones básicas para que cada uno lograse hacerse su propio actor.
Pero ahora eso no parece ser lo importante, han pasado los años y parece tener más importancia la ostentosidad y el ego. Contra lo que he luchado todos estos años.
Echo de menos momentos y gente que confiaba en mí, pero no pienso cambiar mi forma de ser para que pase eso.
Yo seguiré "enseñando" cuando sea posible, esas nociones que aunque parezcan minucias, no lo son. Ya que como se suele decir. Dios esta en las pequeñas cosas.
No quiero que se me reconozca nada puesto que tampoco hay nada que reconocerme, solo quiero desahogarme con estas palabras, que tampoco pretendo que sean leídas ni comentadas.
Pero si habéis llegado hasta el final de estas lineas os lo agradezco, aunque nunca me entere de ello.
Un saludo, Guillermo M.